La importancia de la compatibilidad sanguínea

No todos los productos derivados de la sangre se pueden transfundir a cualquier destinatario. La compatibilidad entre la sangre del donante y la del paciente es fundamental.

La sangre está compuesta por glóbulos rojos, glóbulos blancos, plasma y plaquetas, y puede clasificarse según el grupo sanguíneo. 

Hay infinidad de grupos sanguíneos, pero destacan por su importancia a la hora de la transfusión los grupos pertenecientes al sistema ABO y Rh, que se determinan a través de las moléculas ubicadas en las membranas de los glóbulos rojos. 

Dependiendo del tipo de molécula que expresa este es A,B o AB. Cuando no se expresa ningún tipo, se conoce como O y en el caso del Rh se clasifica como positivo o negativo. 

Cuando se transfunde a una persona un tipo de sangre que no es compatible, los anticuerpos presentes en el plasma activarán una respuesta inmune que puede causar múltiples complicaciones, incluso la muerte. 

En el ámbito de la donación voluntaria de sangre, comprender la compatibilidad es fundamental para garantizar que las reservas de sangre sean seguras y efectivas. 

A continuación presentamos el cuadro de compatibilidad: